Pintura que se encuentra en las Bodegas Macià Batle. Desconozco el autor.
Compartir mesa, el mayor placer, todos unidos a su alrededor, llenándonos de sabores, olores, palabras y emociones. Que ninguna persona con sobrepeso me diga que no le gusta comer en la gran mesa. ¿Pero está ahi el problema? Evidentemente, delante una mesa llena de platos, la tentación aumenta, pero no se trata de eliminar estas ocasiones -pienso yo- para evitar el problema: en todo caso, se trata de educarnos en la mesura. ¿No pensáis que somos desmedidos en todo? prisas, prisas, todo rápido, todo grande, todo fugaz, todo mucho...Si fuéramos capaces de "pausarnos", de entender el banquete como una elección presente y una oportunidad futura, de entenderlo como algo que volverá a repetirse y lo que no probamos hoy lo probaremos la próxima semana, todo sería más fácil.
¿Los delgados no se sientan a la mesa? ¿no comparten celebraciones? Claro que sí. Pienso que hemos exagerado y demonizado el efecto de las comidas familiares. Se pueden suavizar y se pueden compensar, como yo hice ayer. Sin embargo, para mí, el verdadero peligro, se encuentra en las comidas en solitario, cuándo apenas hay tiempo para cocinar y los hábitos insanos se encadenan uno detrás de otro. Ejemplo, hoy, mi loco lunes:
DESAYUNO
Mi café descafeinado con leche semidesnatada y mi terrón de azúcar moreno (sacarina a la basura!). Dos tostadas de pan con un poco de queso y mermelada.
COMIDA
Doy clases y no tengo tiempo en toda la mañana para merendar. He llegado tarde, con apenas 2 horas para preparar comida, comer y descansar. Cuando sabes que tienes que volver a trabajar por la tarde prima el descanso a la comida y prima la comida basura al esfuerzo de cocinar. Y si comes sola, peor, al menos en mi caso. Resultado:
Un gazpacho envasado
Una tortilla a la francesa de 2 huevos
Un poco de pan con aceite y tomate
Un flan (maldito flan, ¿por qué un flan?, tenía yogur, tenía melón, tenía manzanas...)
Y a continuación, tumbarme en el sofá para descansar un poco antes de volver a marchar a estar trabajando, pero sentada toda la tarde. Y sentada ahora al llegar a casa, delante del ordenador.
Bueno, chicos, ¿qué veis ahí? ¿Dónde está el problema? ¿Cómo solucionarlo? ¿Os pasa igual?
Hoy no estoy nada contenta conmigo misma. Veo qué es lo que tengo que cambiar. Pero no sé cómo hacerlo. Romper esos hábitos enquistados en la conducta...¿cómo?