martes, 27 de septiembre de 2011

La mesa

Pintura que se encuentra en las Bodegas Macià Batle. Desconozco el autor.

Compartir mesa, el mayor placer, todos unidos a su alrededor, llenándonos de sabores, olores, palabras y emociones. Que ninguna persona con sobrepeso me diga que no le gusta comer en la gran mesa. ¿Pero está ahi el problema? Evidentemente, delante una mesa llena de platos, la tentación aumenta, pero no se trata de eliminar estas ocasiones -pienso yo- para evitar el problema: en todo caso, se trata de educarnos en la mesura. ¿No pensáis que somos desmedidos en todo? prisas, prisas, todo rápido, todo grande, todo fugaz, todo mucho...Si fuéramos capaces de "pausarnos", de entender el banquete como una elección presente y una oportunidad futura, de entenderlo como algo que volverá a repetirse y lo que no probamos hoy lo probaremos la próxima semana, todo sería más fácil. 
¿Los delgados no se sientan a la mesa? ¿no comparten celebraciones? Claro que sí. Pienso que hemos exagerado y demonizado el efecto de las comidas familiares. Se pueden suavizar y se pueden compensar, como yo hice ayer. Sin embargo, para mí, el verdadero peligro, se encuentra en las comidas en solitario, cuándo apenas hay tiempo para cocinar y los hábitos insanos se encadenan uno detrás de otro. Ejemplo, hoy, mi loco lunes: 
DESAYUNO
Mi café descafeinado con leche semidesnatada y mi terrón de azúcar moreno (sacarina a la basura!). Dos tostadas de pan con un poco de queso y mermelada.

COMIDA
Doy clases y no tengo tiempo en toda la mañana para merendar. He llegado tarde, con apenas 2 horas para preparar comida, comer y descansar. Cuando sabes que tienes que volver a trabajar por la tarde prima el descanso a la comida y prima la comida basura al esfuerzo de cocinar. Y si comes sola, peor, al menos en mi caso. Resultado:
Un gazpacho envasado 
Una tortilla a la francesa de 2 huevos
Un poco de pan con aceite y tomate
Un flan (maldito flan, ¿por qué un flan?, tenía yogur, tenía melón, tenía manzanas...)
Y a continuación, tumbarme en el sofá para descansar un poco antes de volver a marchar a estar trabajando, pero sentada toda la tarde. Y sentada ahora al llegar a casa, delante del ordenador.

Bueno, chicos, ¿qué veis ahí? ¿Dónde está el problema? ¿Cómo solucionarlo? ¿Os pasa igual?
Hoy no estoy nada contenta conmigo misma. Veo qué es lo que tengo que cambiar. Pero no sé cómo hacerlo. Romper esos hábitos enquistados en la conducta...¿cómo?

7 comentarios:

Kel ★ dijo...

Hola guapi, gracias por pasarte por mi blog, yo también te sigo a partir de ahora ;)
A mi me pasa igual que a ti, cuando no tengo tiempo para pensar que voy a comer siempre cojo lo que pille por ahi y ya esta... Hay que aprender a controlarse mas, a vencer a la ansiedad!! Esos son mis objetivos durante este tiempo al menos jeje.
Besos!

Carolina dijo...

pahhh te juro que al leerte es como si lo hubiera escrito yo!!! La verdad es q te entiendo...dime, todos los dias tienes ese mismo horario???

Alcachofa (meloCOMOtodo) dijo...

jeje estoy de acuerdo con lo de que demonizamos las comidas familiares. lo que ocurre es que generalmente las que estamos a dieta no queremos tener que privarnos en público de absolutamente todo y lógicmente si vas a un sitio a no ser k tengas mucha confianza no puedes decir "oye, a mi prepárame una ensalada xD". lo importante es intentar no pasarte en exceso, ya k las comidas familiares son algo puntual. o eso... o decir "un día es un día" y ponerte jincha porque total... es solo un dia.... :P
lo esencial es pensar k hay que controlarse y punto. es algo pesado pasarte el dia teniendo cuarenta ojos con la comida pero es lo que hemos elegido!

Rocio dijo...

Hola Odalisca!! la verdad es que yo por lo menos si que te entiendo, cuando nua esta cansada es mas facil comer lo primero que pillas, si me permites un consejo, cuando sepas que al dia siguiente no vas a tener mucho tiempo para cocinar, intenta dejar la comida preparada la noche anterior, o por lo menos lo que se pueda dejar hecho, por ejemplo una ensalada o lo que sea, pero dejarla preparada lo mas posible.
Un beso!!

Amelia dijo...

Cuando tengo comida familiar hago trampas. O sea, que antes de salir de casa me como una tajada de sandía y me bebo un vaso de agua. Eso me ayuda a aguantar estoicamente durante el picoteo previo a la comilona.

Luego me pongo poquito de todo, y hablo, hablo mucho. Hablar y comer al mismo tiempo es complicao, así que me decanto por hablar, que tengo muchas cosas que decir (habló la xerraira, ja ja ja).



Lo del comer sola, pues yo como cada día sola. Lo que hago es dejarme la comida lista el día antes, cuando no estoy hambrienta y puedo pensar con claridad, ja ja ja.

Suelo comer con fiambrera (donde curro tienen catering de Alessa, y la verdad... puajjjj), y al tener sólo lo que debo comer, pues no puedo caer en tentaciones ni queriendo, ja ja ja.

Los hábitos se rompen cambiándolos por otros nuevos. Y poquito a poco. Un día un pequeño hábito, otro día otro. Así.

Besos. *^_^*

Javi dijo...

Para mi es mucho peor estar solo que una comida familiar. Ya sabes que para esto no hay milagros solo un ejercicio de voluntad de hierro.
Fuerte abrazo y no te agobies, mañana será otro día.

Odalisca dijo...

Hola, Kel, creo que esto de los blogs puede ser una "terapia de grupo" muy beneficiosa. Gracias por estar aquí.

Carolina, no, afortunadamente, sólo trabajo 3 tardes de mis 5 días lectivos. Mi problema es que paso mucho tiempo sentada delante del ordenador haciendo programaciones, preparando clases y también escribiendo, que es una de mis mayores aficiones. Pero está claro que tengo que anticiparme a esos días más ocupados y no dejarme arrastrar por la comida basura.

Alcachofa, ahí está el punto: ¿Tú crees que realmente tenemos que controlarnos continuamente? Creo que ahí está el error. Somos humanos. No podemos estar todo el tiempo luchando contra algo esencial. Creo que el tema no está en controlarse sino en realmente no tener esa necesidad tan extrema, por ejemplo de arrasar ante una mesa puesta. Pero no por autocontrol, me explico? sino por modificación de hábitos y conductas. El cómo hacerlo es lo que me falla.

Rocío, exactamente, y ahí es donde también tengo que trabajar con mi indolencia.

Amelia, me encanta tu comentario, gracias. Eso es: pequeños trucos, como los que explicas. Sólo tengo que hipnotizarme para ponerlos en práctica :)

Javi, exactamente, lo mismo me pasa a mí. Supongo que se trata de no llenar el vacío de la soledad con la comida. Tenemos tanto por trabajar si pretendemos hacerlo bien...