Suelo hacer unos arroces secos con verduras bastante buenos. No les quiero llamar paellas porque a veces en lugar de arroz pongo fideos y porque casi siempre llevan semillas y cúrcuma, lo que le da un sabor muy especial y exótico. La receta es fácil: primero pongo en una sarten antiadherente un poquito de aceite de oliva y algunas semillas tipo sésamo, con sal, cúrcuma y pimienta. Después voy añadiendo toda la verdura que danza por la nevera, cortada a trocitos muy pequeños (zanahoria, cebolla, guisantes, judías, brócoli, pimientos, cada vez es distinto, no hay reglas...) y cuando está un pelín rehogada pongo el arroz o los fideos, que también dejo un ratito, removiendo continuamente. Todo esto a fuego medio-bajo. Añado agua hasta que cubra los ingredientes, un poquito de pasta de tomate seco, rectifico de sal si es necesario y lo dejo hervir a fuego alto hasta que se consume todo el caldo. ¿Os parece una buena receta? ¿Conocéis algún truco para rebajar calorías de este plato?
jueves, 29 de septiembre de 2011
martes, 27 de septiembre de 2011
La mesa
Pintura que se encuentra en las Bodegas Macià Batle. Desconozco el autor.
Compartir mesa, el mayor placer, todos unidos a su alrededor, llenándonos de sabores, olores, palabras y emociones. Que ninguna persona con sobrepeso me diga que no le gusta comer en la gran mesa. ¿Pero está ahi el problema? Evidentemente, delante una mesa llena de platos, la tentación aumenta, pero no se trata de eliminar estas ocasiones -pienso yo- para evitar el problema: en todo caso, se trata de educarnos en la mesura. ¿No pensáis que somos desmedidos en todo? prisas, prisas, todo rápido, todo grande, todo fugaz, todo mucho...Si fuéramos capaces de "pausarnos", de entender el banquete como una elección presente y una oportunidad futura, de entenderlo como algo que volverá a repetirse y lo que no probamos hoy lo probaremos la próxima semana, todo sería más fácil.
¿Los delgados no se sientan a la mesa? ¿no comparten celebraciones? Claro que sí. Pienso que hemos exagerado y demonizado el efecto de las comidas familiares. Se pueden suavizar y se pueden compensar, como yo hice ayer. Sin embargo, para mí, el verdadero peligro, se encuentra en las comidas en solitario, cuándo apenas hay tiempo para cocinar y los hábitos insanos se encadenan uno detrás de otro. Ejemplo, hoy, mi loco lunes:
DESAYUNO
Mi café descafeinado con leche semidesnatada y mi terrón de azúcar moreno (sacarina a la basura!). Dos tostadas de pan con un poco de queso y mermelada.
COMIDA
Doy clases y no tengo tiempo en toda la mañana para merendar. He llegado tarde, con apenas 2 horas para preparar comida, comer y descansar. Cuando sabes que tienes que volver a trabajar por la tarde prima el descanso a la comida y prima la comida basura al esfuerzo de cocinar. Y si comes sola, peor, al menos en mi caso. Resultado:
Un gazpacho envasado
Una tortilla a la francesa de 2 huevos
Un poco de pan con aceite y tomate
Un flan (maldito flan, ¿por qué un flan?, tenía yogur, tenía melón, tenía manzanas...)
Y a continuación, tumbarme en el sofá para descansar un poco antes de volver a marchar a estar trabajando, pero sentada toda la tarde. Y sentada ahora al llegar a casa, delante del ordenador.
Bueno, chicos, ¿qué veis ahí? ¿Dónde está el problema? ¿Cómo solucionarlo? ¿Os pasa igual?
Hoy no estoy nada contenta conmigo misma. Veo qué es lo que tengo que cambiar. Pero no sé cómo hacerlo. Romper esos hábitos enquistados en la conducta...¿cómo?
lunes, 26 de septiembre de 2011
Domingo
Domingo y comida familiar. Fue difícil.
Caí en la tentación:
Paella de Marisco
Una natilla
4 pastillas de chocolate
Me resistí:
No tomé aperitivo.
Rechacé el vino y la copa con el café.
Compensación:
Caminé una hora y media por el camino que veis.
Cené ensalada.
domingo, 25 de septiembre de 2011
No voy a ponerme a dieta
No voy a ponerme dieta porque no quiero volver a recuperar lo perdido. Primero porque yo soy de las de "prohibido prohibir" y también porque considero que una dieta es un cambio brusco y superficial de hábitos. Lo que yo pretendo es entender por qué como lo que como, qué sensación me produce y dónde está el error.
En mi caso, no creo que sea un problema de compulsión (excepto para el dulce y no en cantidad sino en la frecuencia), ni tampoco de mala alimentación (me gusta comer sano). Yo tengo dos problemas básicos: la indolencia: la pereza me hace comer cualquier cosa y también tener una vida sedentaria; y la adicción diaria al dulce, aunque sea poco. Eso es lo que voy a intentar corregir. Pero poco a poco.
Una cena rápida e indolente, sería un bocadillo de queso (me encanta el queso) y un yogur. Al final, un poco de chocolate. Anoche cambié la dirección:
ENSALADA DE CANÓNIGOS
Un bol pequeño de canónigos
1 zanahoria rallada
1 pepino
2 lonchas extrafinas de jamón serrano
1 loncha de queso de oveja tierno
un poco de aceite
sésamo
PLÁTANO CON PASAS
Un plátano cortado a rodajas
1 cucharadita de miel
1 puñado de pasas
No eliminé de golpe la necesidad de tomarme algo dulce al final porque hacerlo sólo me habría aumentado la ansiedad, pero cambié el chocolate o el helado por un plátano -rico en potasio-, con miel -excelente para el sistema inmunitario- y las pasas -buenas para el tránsito intestinal-.
Por otra parte, NO acompañé la ensalada de pan, y centré mi atención en la masticación. Intenté rebajar la velocidad, el engullir habitual de una vida estresante.
Todo esto, lo acompañé de 30 minutos de paseo previo y 45 minutos de meditación Yoga Nidra, una técnica excelente que ya comentaré en otro post.
Hoy toca comida familiar. Será difícil. A ver qué consigo...
sábado, 24 de septiembre de 2011
Mujer en el espejo
Obra de Fernando Botero
Me miro todos los días en el espejo, pero no me veo. Y sin embargo, cuándo voy por la calle y observo a las demás, continuamente me voy preguntando: ¿más o menos? Miro sus caderas, sus culos, sus pechos, sus cinturas y su medida construye la mía. "Mássss..." y sonrío, "menos" y la palabrita es como un dardo. Y entre estos paréntesis -¿más o menos?- voy deconstruyendo mi imagen, la voy odiando, o obviando.
Abro hoy este blog porque he decido dejar de medir a los demás, porque he decido mirarme de verdad en el espejo y en su justa medida, porque he decidido amarme y tenerme muy presente, porque he decidido iniciar un aprendizaje de nuevos hábitos y costumbres, tarea difícil para un espíritu indolente y artístico como el mío.
Querría que este espacio fuera un lugar de encuentro, dónde habláramos de peso y nos apoyáramos en nuestro esfuerzo, pero también pudiéramos hablar de nuestros interiores, de gastronomía, de bellezas de todo tipo, de sueños, un espejo donde reflejarnos con amor, sea cual sea nuestra realidad.
Así que empiezo: hoy, dia 24 de septiembre de 2011 tengo 37 años, mido 1'65 cm. y peso 92 kilos. No he sido madre y muy posiblemente ya no lo seré. Dicen que soy guapa, - por dentro y por fuera- pero, sí, estoy gorda. Ahora estoy gorda.
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